Homenaje al Parque de Atracciones de Montjuic

Esta web narra toda la historia del Parque de Atracciones de Montjuic, una de las grandes opciones de ocio de las que disfrutó Barcelona desde su inauguración, en 1966 hasta su cierre definitivo, en 1998.

25 aniversario del cierre del Parque Atracciones Montjuic

2 minutos de lectura

25 aniversario del cierre del Parque Atracciones Montjuic. Hace ya veinticinco años, en un día que parece estar anclado en el pasado, el Parque de Atracciones de Montjuïc cerró sus puertas por última vez. Este lugar de alegría y diversión, que durante décadas fue el punto de encuentro de familias y amigos, dejó atrás un legado de risas, emociones y recuerdos imborrables.

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Aún puedo recordar el alegre sonido de los niños jugando en los jardines, la melodía de fondo que llenaba el aire y las luces parpadeantes que iluminaban el cielo nocturno. Montjuïc era un mundo mágico donde la realidad se desvanecía entre montañas rusas que desafiaban la gravedad, norias que nos elevaban hacia el cielo y carruseles que nos hacían sentir como niños nuevamente.

25 aniversario del cierre del Parque Atracciones Montjuic

En aquel lugar, el tiempo parecía detenerse. Las sonrisas de los visitantes eran el mejor testimonio de los momentos inolvidables que se vivían allí. El olor de las palomitas de maíz y el algodón de azúcar se mezclaba con la fragancia de las flores, creando una experiencia sensorial única. El Parque de Atracciones de Montjuïc era un refugio de felicidad en medio del ajetreo de la vida cotidiana.

El momento de despedirse

Pero, como todas las cosas hermosas, llegó el momento de despedirse. Los motivos que llevaron al cierre del parque pudieron ser diversos, pero lo que perdura es la nostalgia que sentimos por esos días de diversión y alegría compartidos. Cada visita a Montjuïc era una oportunidad para crear recuerdos que ahora atesoramos con cariño.

Aunque las puertas del parque ya no se abren, su espíritu vive en nosotros. Recordamos con cariño las risas, los gritos de emoción y las miradas de asombro. En este vigésimo quinto aniversario del cierre del Parque de Atracciones de Montjuïc, honramos su legado y celebramos la magia que nos regaló durante tantos años. Que las luces de la nostalgia sigan brillando en nuestros corazones mientras recordamos aquel lugar especial que siempre será parte de nuestra historia.

¡Feliz vigésimo quinto aniversario!

Hoy, al recordar Montjuïc, nos damos cuenta de que la verdadera magia estaba en las experiencias compartidas y los lazos que creamos allí. El parque puede haber cerrado, pero su espíritu perdura en cada sonrisa, en cada anécdota y en el amor que sentimos por los momentos que vivimos allí.

¡Feliz vigésimo quinto aniversario, Parque de Atracciones de Montjuïc! Gracias por llenar nuestras vidas de magia y nostalgia.

4 comentarios en «25 aniversario del cierre del Parque Atracciones Montjuic»

  1. Ese marcador que está a la derecha donde se va recordando, segundo a segundo, el día del cierre del parque, también nos recuerda cómo se va alejando de la memoria rincones que nunca fueron fotografiados pero que tuvieron una vital importancia para ese niño del que hoy escribe este comentario. Un permanente otoño cubierto de hojas; eso es la memoria a medida que pasa el tiempo. La fotografía que encabeza el post hoy la veo de esta manera, aunque en mi recuerdo todavía persista aquellos veranos de sol de infancia.

    Es de agradecer un espacio como este en unos tiempos tan turbulentos, desmemoriados y caóticos.

    Un cordial saludo.

    1. Comprendo totalmente tus sentimientos y reflexiones sobre el Parque de Atracciones de Montjuïc. Tu descripción del marcador que cuenta los días hasta el cierre del parque como una representación de cómo nuestros recuerdos se desvanecen con el tiempo es poética y conmovedora. Es cierto que, a medida que envejecemos, algunos de los lugares y momentos más significativos de nuestra infancia pueden parecer cada vez más distantes, pero siempre permanecen en nuestra memoria y nos acompañan en nuestra vida cotidiana.

      La imagen que mencionas, que quizás capturó un momento de alegría y felicidad en tu infancia, se convierte en un símbolo poderoso de la nostalgia que todos experimentamos en algún momento. Es en estos recuerdos donde encontramos consuelo y conexión con nuestra historia personal.

      En un mundo lleno de cambios y desafíos, es cierto que valoramos aún más estos lugares y recuerdos que nos proporcionan un sentido de arraigo y continuidad. El Parque de Atracciones de Montjuïc es uno de esos lugares que han tocado las vidas de muchas personas y que seguirá siendo un refugio de recuerdos y emociones.

      Gracias por compartir tus pensamientos sinceros y emotivos. Tu mensaje nos recuerda la importancia de apreciar los momentos y lugares que forman parte de nuestra historia personal. ¡Un cordial saludo!

      1. Hace mucho tiempo escribí en mi blog, hoy ya desaparecido, estas palabras en homenaje al Parque de Atracciones de Montjüic.

        Parque de Atracciones de Montjuïc. La estatua de Dante y sus mundos subterráneos. Siempre he sentido pasión por los mundos interiores y por los laberintos. No sé si es casual el apellido Borges, del constructor del parque, porque el otro Borges, fue también constructor de mundos laberínticos. Curiosamente mi atracción favorita era “La casa magnética”. Allí me aferraba a aquella mesa para no caer como sí le ocurrió a Alicia en el País de las Maravillas. Era un parque sensacional donde podía materializar mi exacerbada imaginación. “La Montaña Rusa” era un desafío la ley de la gravedad y a todos los vientos en su doble looping que desataba de mi interior un grito de aguerrido, listo para todas las batallas. Me introducía en “El Laberinto Espejos”, en el que nos íbamos golpeando contra nuestras propias imágenes. Luego salíamos de allí llenos de chichones a base de darnos de cabeza contra nosotros mismos. ¡Qué lección de vida! “El Tren Fantasma”, lo mejor del parque. Subido en un dragón de ojos centelleantes que iluminaban esporádicamente de entre las sombras, criaturas horribles y maravillosas a la vez. Allí aprendí que si en la vida no arriesgas, el miedo siempre te vencerá en detrimento de quién lo impone. Para calmar los nervios de tantas emociones y aventuras me subía a “La Noria”. Era el lugar idóneo para besar a la chica en la cúspide de la cima. Desde allí se podía tocar las nubes de septiembre. Si subías en las noches de agosto podía tocar las estrellas con las dos manos, y la ciudad, allí abajo, se convertía en un mundo puntilloso e insignificante fuera de combate en una lucha absurda por la vida. Dice Joan Margarit en su poema “Balada de Montjuïc”:

        “… del parque de atracciones donde la noria gira
        en la melancolía: se trata del pasado.”

        El placer que me daba “Los Autos de Choque”; superaba al más ingente de los millonarios subidos a sus cochazos de lujo recorriendo autopistas hacia ninguna parte. En el auto de choque desataba mi agresividad contenida que echaba chispas en el cielo de alambre y lona. Y mucho más. Mucho más. Allí nuestros padres cambiaban de semblante, eran más condescendientes. Te subías al Tiovivo para cabalgar en un bello corcel y en cada vuelta veía a mis padres sonrientes custodiándome el palo de azúcar y el globo. Dos niños recuperados en un momento fugaz.

        Un fuerte abrazo.

        1. Tus palabras nos transportan a un mundo de emociones y aventuras que viviste en ese lugar mágico. Es fascinante cómo describes las atracciones y los sentimientos que despertaban en ti.

          La referencia al apellido Borges y su relación con los mundos laberínticos es intrigante y agrega un toque de misterio a tus memorias. Tu experiencia en «La casa magnética» y cómo te aferrabas a la mesa para no caer, como Alicia en el País de las Maravillas, es una imagen vívida que evoca la sensación de aventura y asombro que se experimenta en un parque de atracciones.

          Tus reflexiones sobre «La Montaña Rusa» como un desafío a la ley de la gravedad y «El Laberinto Espejos» como una lección de vida son profundas y reveladoras. Además, la lección que aprendiste en «El Tren Fantasma» sobre la importancia de arriesgarse es valiosa.

          La imagen de «La Noria» como un lugar romántico para besar a alguien en la cima es conmovedora y nos hace sentir la magia de esos momentos. Y la referencia al poema de Joan Margarit agrega una capa adicional de significado, recordándonos que estos lugares también son custodios de nuestro pasado.

          La experiencia en «Los Autos de Choque» y cómo liberabas tu agresividad contenida es un detalle interesante que muestra cómo las atracciones pueden tener un efecto terapéutico en nuestras emociones.

          Tu relato es un viaje emocional a través de los recuerdos y las sensaciones que experimentaste en el Parque de Atracciones de Montjuïc. Gracias por compartir esta hermosa evocación de tu infancia y las lecciones de vida que encontraste en este lugar especial.

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