Homenaje al Parque de Atracciones de Montjuic

Esta web narra toda la historia del Parque de Atracciones de Montjuic, una de las grandes opciones de ocio de las que disfrutó Barcelona desde su inauguración, en 1966 hasta su cierre definitivo, en 1998.

La lección de Montjuïc

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Molins reclama a Clos que no abandone el Tibidabo como ha hecho con Montjuïc

La lección de Montjuïc. La Vanguardia – Viernes 4 de febrero de 2000 – Marta Ricart (Barcelona)

De propiedad privada a patrimonio público

La decisión de Joan Clos de añadir el parque de atracciones del Tibidabo al patrimonio municipal ha sido bien recibida en CiU, pero su dirigente en el Ayuntamiento, Joaquim Molins, no las tiene todas consigo.

“Cuando uno ve cómo administra su propiedad el gobierno municipal le tiemblan las rodillas”, dijo ayer.

Molins pide al alcalde que no abandone el Tibidabo como ha hecho con el parque de atracciones de Montjuïc, de propiedad municipal, en desuso desde hace casi un año y medio y sin perspectivas claras de utilización a corto plazo.

La prioridad en el Tibidabo debe ser, según Molins, abrir esta primavera, aunque sea en condiciones provisionales, suscribiendo un convenio con Patsa, la empresa que explotaba el parque o con otra firma.

“En sus cien años, pese a los altibajos, el parque siempre ha funcionado, sería decepcionante que pasara a ser municipal para estar cerrado”, apuntó.

El dirigente convergente explicó que el gobierno municipal transigió en que los concesionarios del parque de Montjuïc se vendieran las atracciones y dejaran el parque sin ajardinar, en contra de lo que preveía la concesión y de lo que aseguró el equipo de Clos a CiU.

Molins subrayó que el parque no se ajardinó entonces ni después y padece un abandono “inaceptable”.

Comparó la situación con la del edificio de Miramar, también en Montjuïc, en desuso desde hace años y que se degrada irremisiblemente.

El futuro del Tibidabo

El dirigente de CiU es cauteloso con el futuro del Tibidabo. Confía en que el Ayuntamiento se haga con el parque, tras pactar con la Seguridad Social que ésta ejerza el derecho de retracto de la subasta.

Pero recordó que sólo serán municipales siete hectáreas (que no incluyen el aparcamiento y otros terrenos que rodean el recinto) y apuntó que los acreedores de Patsa y de su empresa madre, Grand Tibidabo, podrían intentar evitar la venta.

Con todo, Molins avanzó que como el objetivo del parque municipal no será la rentabilidad económica, se deberá darle un uso más social, pedagógico y turístico y más integrado a Collserola.

Renovar el parque sin traicionar su historia

“Hay que renovar el Tibidabo, pero conservando su historia.”

Es la opinión de alguien más ligado sentimentalmente si cabe que otros barceloneses al parque de atracciones, pues no sólo es el lugar donde se ha divertido muchas veces; además, su bisabuelo fue Enric Sagnier, el arquitecto del templo del Sagrado Corazón (o Expiatorio).

Àlex Sagnier representa de alguna manera a los descendientes de aquellos que crearon el Tibidabo hace cien años, aunque la obra de su bisabuelo sea un elemento criticado por muchos.

Àlex dice que “el edificio se debe contextualizar en su época” (se inició en 1902 y no se acabó hasta 1961) y que se debe mantener al igual que todo el parque.

Cree que para dar “continuidad” a la historia de éste convendría “una alianza”, un parque de propiedad municipal y explotación privada.

Como creativo, lanza unas primeras ideas: “Potenciar el parque como oferta turística y cultural, usarlo como símbolo promocional de la ciudad e integrarlo mejor en Collserola”

La lección de Montjuïc.

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